Este mes de septiembre
reanudamos la actividad institucional. A tan sólo 9 meses de
elecciones el curso político comienza cargado de temas de máxima
relevancia.
Por un lado, la amenaza
de la reforma electoral. Un cambio en las reglas del juego electoral
a estas alturas del mambo y sin consenso. La causa: la derecha está
atemorizada -por no utilizar otro término- de perder sus mayorías.
Méritos no les faltan, han traicionado todas y cada una de sus
promesas electorales laminando de manera sin precedentes derechos y
el estado del bienestar. A pesar de vender a bombo y platillo
recuperación económica, la realidad es que en España y en Europa
estamos en peligro deflacionario, por la caída de la demanda
agregada, la devaluación de los salarios y por el espejismo de las
políticas de austeridad, que no hacen sino agravar la situación.
A días de comenzar el
cole, el conflicto educativo sigue encendido. Al Govern Bauzá no le
gusta pública, ni su profesorado, ni el catalán. Empecinados en
promover las concertadas y privadas pretenden devaluar un sistema
público que otorga los mejores resultados académicos, que es
inclusivo y que genera igualdad de oportunidades, vital para romper
el determinismo social. Es paradójico que sean ellos quienes hablen
de meritocracia, ya que ésta es muy fácil si tu padre tiene un gran
bufete de abogados. Quienes dependen de las ayudas escolares, de las
becas y de una buena calidad en la enseñanza para formarse
integralmente como persona y competir en el futuro necesitan de una
buena educación pública.
El PP ha recortado el
gasto en educación (de un 5% del PIB en la última etapa socialista
acabaremos legislatura en un 3,9%, a la cola de la OCDE y la UE-35).
Recortes en becas, profesorado, las ratios más altas por clase,
eliminación de apoyo escolar, programas de refuerzo educativo,
subida del IVA del material escolar, hablar de excelencia es un
ejercicio de cinismo.
Los socialistas además
de derogar el TIL en Baleares apostamos por el consenso aplicando
reformas bien fundamentadas acordadas con la comunidad educativa. A
nivel estatal planteamos un Pacto por la Estabilidad que persigue
elevar la inversión educativa en ocho años al 7% del PIB,
modernizar las infraestructuras educativas, volver al sistema de
becas que den oportunidades a todo el mundo y combatir el abandono
escolar universalizando la educación post obligatoria hasta los 18
años.
Estamos comprometidos
con los licenciados desempleados que necesitan continuar su formación
y encontrar un trabajo, garantizar el acceso a los comedores
escolares y las becas -no puede ser que las ayudas se paguen con más
de un año de retraso, porque impide a las familias poder adelantar
el dinero- así como en impulsar la Formación Profesional.
Proponemos la creación de al menos 200.000 nuevas plazas, que el PP
ha ahogado.
Necesitamos un Plan de
Personal Docente e Investigador, para evitar la fuga de cerebros que
ha generado el desmantelamiento del sistema de investigación y
ciencia.
La educación es una
poderosa arma de construcción masiva. Transformadora de la realidad.
Una sociedad más culta y formada es sin lugar a dudas uno de los
mayores retos que tenemos por delante. Los socialistas trabajaremos
para materializar un gran pacto educativo, que ya con el filósofo y
ministro Ángel Gabilondo estuvo a las puertas. Por el bien del
conjunto, hemos de trabajar en esa dirección.
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