jueves, 5 de enero de 2012

¡No me hablen de seguridad jurídica!


Cada vez que escucho al PP hablar de seguridad jurídica, tiemblo.

Ya hace unas semanas critiqué la injerencia del Instituto de Política Familiar y los grupos fundamentalistas católicos que niegan el derecho de las mujeres a decidir. Consiguieron, en principio, que el Govern eliminara el presupuesto del concierto con las clínicas privadas. Digo en principio, porque luego tuvieron que recular, aunque sólo aparentemente.

Ahora vuelven a la carga vulnerando la ley de salud sexual y IVE pretendiendo que las mujeres paguen primero la prestación por interrupción del embarazo y luego la administración la reembolse.

Sr. Bauzá, está jugando con nuestros derechos.

Mienten cuando dicen que nosotros no cumplíamos la legislación. ¿Cómo puede ser a causa de su desidia y dejadez, que a día de hoy no hayan pactado, conveniado ni protocolizado absolutamente nada con las clínicas privadas acreditadas para este tipo de intervenciones? ¿Se imaginan la indefensión que generan a las mujeres usuarias del sistema público de salud que tengan que ser derivadas a una privada y les digan que primero tienen que pagar?

¿la desigualdad que generan entre las que pueden abortar en cualquier sitio y las que dependen de la red pública?

Están maltratando a las mujeres más vulnerables, provocando una burocratización innecesaria y obligando a pasar primero por caja y luego reembolsar. No sólo no se cubre desde la pública, sino que además, obligan a pagar. Qué despropósito.

¿Está dispuesta la consellera Castro a asumir un incremento en el porcentaje de abortos clandestinos? ¿Qué las mujeres se la jueguen porque no pueden pagar?

Indecente su negligencia y pasotismo, con su decisión están abocando a muchas mujeres a circuitos nada recomendables para su salud.

Seguridad jurídica significa cumplir las leyes aunque no les guste. Y la ley de salud sexual y reproductiva de 2010 implica que el Govern se tiene que hacer cargo presupuestariamente de tal prestación, porque es un derecho de las mujeres que está reconocido en la cartera nacional de salud.

Es intolerable que pisoteen nuestros derechos y pongan palos a las ruedas al cumplimiento de tal ley. Déjense de subterfugios. Si no les gusta y no respetan tal derecho, lo pueden modificar por vía legislativa; ahora bien, encontrarán nuestras más firme oposición, y a la mayoría de mujeres de este país que no están dispuestas a que las lleven a la edad de piedra.

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