martes, 12 de abril de 2011

La Antropología es humana; la estupidez, también


Artículo publicado en Diario de Mallorca.





Desde la aprobación de la ley orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres todas las comunidades han ido desplegando sus respectivas leyes autonómicas de igualdad para ir más allá de la estatal y adaptarla a su territorio. Todas excepto Balears. Tal honor se lo debemos al PP que en su afán de renovación ha amparado en su seno las ideas más "vanguardistas" del integrismo católico.


Había consenso para la ley hasta que personas vinculadas al Opus Dei y al Instituto de Política Familiar presionaron para tumbarla. Cabe recordar que tal Instituto el verano pasado, en honor a su fundador Escrivá de Balaguer, quería prohibir el top-less en las playas de Balears. Ahora se vanagloria y atribuye el mérito de haber impedido la aprobación de la ley de igualdad.
Estos grupos de extrema derecha son los verdaderos artífices del cambio de postura del Partido Popular. Los motivos, los de siempre: desde su antifeminismo y conservadurismo radical a los puramente económicos. La ley preveía que colegios que segregan por sexo como en el franquismo no pudieran recibir fondos públicos en aras del principio de la coeducación. Es decir, se impedía subvencionar con dinero público a aquellos colegios que promovieran el sexismo segregando a niños y niñas en sus escuelas.


En una misiva enviada a los grupos parlamentarios dicho Instituto solicitaba no respaldar la ley de igualdad porque "impone la planificación familiar, impone el filtro de género, amplia el permiso de paternidad a las parejas homosexuales, fomenta el individualismo, limita los derechos del ser humano a la vida, limita los derechos de las personas a la libertad y limita el derecho de las mujeres a ser madres". Otra de las perlas lanzadas es que el feminismo es "contrario a toda antropología humana que persigue conseguir la igualdad a base de eliminar la condición de hombre y de mujer" y que la ley quería imponer una igualdad injusta".


Que estos grupúsculos ultra conservadores vivan en la caverna, es cosa suya. Que el PP les ampare y se sirvan de la democracia para regresar a etapas pre-democráticas, me resulta más preocupante.


El "renovado" PP, cede ante los chantajes de la extrema derecha y a las ideas más reaccionarias. Con su postura evita que por ley los centros educativos puedan promover una educación sexual responsable y segura evitando enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados entre los adolescentes.


Ahora bien, luego los veremos manifestándose en contra del aborto y en contra de la píldora del día después. El "nuevo" PP de Bauzá se hace eco de las ideas filofascistas de Agustín Buades, cuya concepción de la libertad de las personas es perpetuar roles y estereotipos de género y cuya visión de las mujeres es estranguladora y limitadora, como la máxima fascista del kinder, küche y kirsche –niños, cocina e iglesia– que relega a éstas a funciones reproductoras y domésticas, como nuestro único destino posible y no una opción personal.


No sé que tipo de antropología habrá estudiado este señor ni qué concepción tiene de una igualdad "justa". Supongo que su reino no es el de la ley. Desde luego, los fundamentos ontológicos de los cuales parte no brillan precisamente por una gran estima a las mujeres y, ni mucho menos, tienen en cuenta las condiciones históricas, sociales o culturales del patriarcado como causas de las desigualdades de género.

Yo me remitiré a la antropología, humana por supuesto, tan humana como Margaret Mead y su contribución científica a la idea de que no existe correspondencia natural estricta entre sexo y género. Que una cosa es la biología y otra bien diferente las categorías culturales sobre lo masculino y lo femenino.

Lo que subyace al ideario de estos grupúsculos integristas vinculados al PP es que la desigualdad es en sí misma un ideal. Nuestra diferencia biológica, nuestra condición, ha de implicar desigualdad, jerarquía, marcar destino, condición. Ésa es una ley natural que no se puede quebrantar. ¡Mucho menos en un parlamento! Y por eso, han votado en contra de la ley de igualdad.


La deriva ultraconservadora y radical del PP pone en peligro las libertades y los derechos de las mujeres, pone en peligro conquistas sociales.


Votaron en contra de la paridad y se benefician de ella, en contra del divorcio y se divorcian como los que más, con una doble moral patente en contra de los métodos anticonceptivos, de la interrupción voluntaria del embarazo, contra la custodia compartida... en fin, contra todo lo que permite que las mujeres tengamos más capacidad de decisión y más autonomía.

A pesar del PP, todas las mujeres seguiremos avanzando y conquistando derechos. Derechos que también las mujeres de PP podrán disfrutar.


2 comentarios:

silvia cano dijo...

Aprovecho para reproducir la contestación que da el aludido en Diario de Mallorca. No tiene desperdicio


AGUSTÍN BUADES Con la máxima de que "todo el que no piensa como yo es un fascista", algunas personas (y me refiero al artículo de Silvia Cano del PSIB-PSOE) se atreven a pontificar y descalificar a otras personas con ideas distintas y por lo tanto respetables en una sociedad plural y democrática. Se nota que desde IPFB le hemos dado en la línea de flotación al impedir la aprobación de esta ley que se decía de igualdad pero que no lo era. Bueno sí, de su igualdad que por lo visto es la que ellos quieren imponer sin admitir otros criterios tachándolos de filofascistas (viva la tolerancia y el respeto).
Todo esto me huele a totalitarismo. El no aceptar que otras personas tengan una opinión distinta a la suya y por tanto son susceptibles de ser llamadas fascistas, ultras, cavernícolas, radicales, etc. Y todo bajo el amparo del dogmatismo que les ampara en su totalitarismo. Al final va a resultar que lo de fascistas, radicales, etc., van a ser ellos ya que lo que se imponía en esta supuesta ley de igualdad era la ideología de género. Ideología que viene del siglo pasado.
La ideología de género pretende liquidar la condición natural del ser hombre y del ser mujer, que ve en la maternidad un práctica de supeditación de la hembra al macho. La ideología de género es una ideología que proclama la superación del actual modelo de sociedad mediante la transformación de la diferenciación sexual en puras categorías culturales y, por consiguiente, opcionales y elegibles donde tanto da ser hombre, mujer, homosexual, bisexual o transexual. Todo es lo mismo y mudable.
La llamada perspectiva de género, el generismo, afirma que la humanidad no se divide en hombres y mujeres, sino que tal diferencia es fruto de una construcción social determinada. Predica que esta construcción condena a la mujer a la inferioridad. Pretende convencernos de que no existe un atractivo natural entre hombres y mujeres, sino que esto es fruto de una presión social. No existe el sexo masculino ni femenino como forjador de actitudes y caracteres sino que la sexualidad es polimorfa y transformable.
No es un feminismo porque no persigue la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, sino que simplemente consigue la igualdad a base de eliminar la condición de hombre y de mujer. Además esta ley iba más allá: imponía la llamada ideología de género, pensamiento radical del siglo pasado, único (totalitarismo) sistema pedagógico: la coeducación. (art.3, q; art. 26.3), consolidaba el aborto como derecho (art.3, t), criminalizaba a mujeres que no piensan como las feministas radicales (art.6, f), todo debía pasar por su filtro del género. (auditorías, presupuestos, etc.) (art.7,1 y 11,1; art. 40,4), se creaban los comisarios políticos de igualdad (art. 18.1), se imponía distintivo de igualdad a las empresas (art. 24.2), se creaba la figura comisario político de igualdad en los centros educativos (art. 26), se imponía la ideología de género a los alumnos (art. 27,1), se imponía la planificación familiar a los adolescentes (art. 27, g), etc.
Los totalitarios encuentran dragones donde solo hay su incompetencia y falta de talante democrático al perder una votación. El Instituto de Política Familiar de Balears (independiente de cualquier organización política y/o religiosa, aunque les pese a algunos) puede al igual que el Lobby de Dones presionar y hablar con los partidos políticos para exponerles sus puntos de vista en una sociedad plural y democrática, solo faltaría.

Aunque a algunos se rasguen las vestiduras hipócritamente, la verdad es que estamos en una sociedad plural y los verdaderos fascistas son los que no aceptan otras posturas más que las suyas e intenten descalificar a otros después de haber perdido una votación democrática.

Anónimo dijo...

¿No te da vergüenza escribir tantas chorradas, acusaciones y juicios de valor?
Y lo más grave: da por sentado que lo tuyo es lo correcto y lo del "PP" no.
Si tan moderna y progre fueses serías mas tolerante.

PD: No, no voto al PP