jueves, 23 de septiembre de 2010

La violencia de género más vieja del mundo


Publicado en IB digital.

Probablemente, un día como el de hoy, el Día Internacional contra el Tráfico Sexual de Mujeres, Niñas y Niños, le sea indiferente a los miles de puteros y a las mafias que trafican con mujeres y niños en nuestro país.


Precisamente, debemos ser los partidos políticos junto con la sociedad civil quienes introduzcamos el dedo en la llaga y señalemos a quiénes, con sus conductas sexuales irresponsables, vulneran los derechos humanos.

En la semana donde se han revisado los maltrechos Objetivos del Milenio -constatación de la falta de compromiso internacional con la elaboración de unas reglas comercialmente justas entre los países del norte y del sur- cabe recordar que en esta globalización de los riesgos y desigualdades, subdesarrollo y prostitución van intrínsecamente de la mano.

El 90% de las mujeres que ejercen la prostitución son tratadas, traficadas de una manera más o menos forzada, secuestradas o pseudo-coaccionadas. Aproximadamente cuatro millones de mujeres y niñas son compradas y vendidas mundialmente, con el objeto de forzarlas a la prostitución, la esclavitud o el matrimonio. En Europa, se calcula que unas quinientas mil mujeres trabajan en esta mal llamada “industria del sexo”.

Este negocio mueve cada año entre cinco y siete billones de dólares. En Europa, cada trabajadora sexual deja un beneficio de cien mil euros año por cada proxeneta, y cada uno regenta unas veinte o veinticinco mujeres. En España, el gasto diario en prostitución es de cincuenta millones de euros. Es el mayor negocio del mundo, sólo por detrás del narcotráfico

La prostitución es una de las formas más duras de violencia de género. Se la suele llamar el oficio más viejo del mundo, pero es la forma de violencia de género más antigua y más cruel.

Tiene un fuerte componente de género porque el 99,7 % de “consumidores” son varones, que solicitan prostitución femenina y homosexual, como hemos podido comprobar recientemente con la desarticulación de una red palmesana de hombres tratados, la primera en toda España.

Según la Organización Mundial para las Migraciones, la mayoría de las quinientas mil mujeres inmigrantes que entran ilegalmente cada año en la Unión Europea para prostituirse echan raíces en territorio español, donde actualmente comercian con su cuerpo cerca de trescientas mil.

La temporada veraniega ha dejado fuertes tensiones como las producidas en Punta Ballena, Magalluf, cuando un grupo de vecinos expulsaron a las prostitutas como si fueran perros. Problemas de convivencia que difícilmente se resolverán con normativas y actuaciones desmesuradas tal y como han denunciado organizaciones pro derechos humanos.

A veces se nos olvida que estas mujeres conviven en las calles con nosotros y padecen un verdadero calvario.

En este complejo problema global deben entrar en juego diferentes factores para abordar una solución efectiva e integral: cooperación al desarrollo, prevención y educación afectivo-sexual desde la perspectiva de género, modelo turístico, ordenanzas equilibradas que no victimicen todavía más a las mujeres prostituidas, políticas activas de integración y mucha colaboración interinstitucional.

No es precisamente motivo de alegría saber que unos treinta mil hombres españoles viajan anualmente a América Latina para practicar turismo sexual con menores de edad. Si hace algunos años, el destino preferido de estos pedófilos era el sudeste asiático, ahora miran hacia América Latina por sus laxas normativas.

En Guatemala, unas quince mil niñas se encuentran en situación de explotación sexual, una tragedia que se repite en México, República Dominicana, Cuba, Costa Rica, Brasil y Colombia.

¿Pero qué les pasa a estos hombres y a su educación afectivo- sexual? Hay una cultura de estas prácticas sexuales machistas muy arraigada. Y lo más preocupante es que entra la juventud, se repiten roles y se perpetúan estas conductas: la banalización de prácticas de riesgo ligadas al ocio y a la inmediatez del placer desde la más absoluta ausencia de empatía con la situación humanitaria de estas mujeres.

El Gobierno socialista impulsó en 2008 el Plan Integral de Lucha Contra la Trata de Seres Humanos con fines de explotación sexual, con buenos resultados en la lucha contra las mafias. Además de la lucha contra el crimen, apuesta por la prevención, la educación y la protección de las víctimas de la trata.

Nuestra sociedad debe comprometerse para terminar con este comercio inhumano que destruye la dignidad de las personas y las convierte en meros instrumentos maltratados, forzados y extorsionados.

Desde la Secretaría de Igualdad del PSIB-PSOE animo a los medios de comunicación serios a no ser conniventes con esta situación y a cumplir con los códigos de auto-regulación previstos en la Ley de Igualdad, suprimiendo de sus páginas los anuncios de contactos, que en muchos casos ocultan situaciones de explotación sexual.

Celebramos la propuesta del Congreso de los Diputados que por unanimidad ha instado al Gobierno a estudiar la vía para la desaparición los anuncios de prostitución en la prensa diaria.

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